EL ABUSO FISICO
El abuso físico, es una forma de violencia intrafamiliar y puede empezar con un empujón o un pellizco.
Nunca se puede justificar, ni se debe tolerar. La persona que usa la agresión física para lograr sus objetivos, puede acabar destruyendo a su pareja o a sus hijos.
Esta sección te ayuda a:
1.- Reconocer el abuso físico, como una de las formas de violencia intrafamiliar.
2.- Conocer las etapas de la agresión, en la vida de pareja.
3.- Analizar las características del agresor y de la víctima.
4.- Saber qué hacer.
Etapas del abuso físico.
La violencia hacia la pareja, en donde la mayor parte es hacia la mujer, se da en tres etapas:
1. Acumulacion de tensiones.
2. Crisis o episodio agudo de violencia.
3. Arrepentimiento y reconciliacion.
Acumulación de tensiones.
Esta primera fase, se refiere al periodo de tiempo que se da antes de la violencia.
Su duración es muy variable y puede llegar a durar tanto tiempo, que la víctima ya no piense en la posible agresión.
Esta etapa empieza, casi siempre, como una pequeña irritación o malestar en el golpeador, que empieza a golpear objetos, aventar puertas, etc.
Estas acciones, aparentemente le sirven para descargar parte de la tensión que va acumulando, pero pronto se convierten en abuso verbal y físico.
Crisis o episodio agudo de violencia.
Es el momento en que el agresor descarga físicamente la tensión acumulada.
La agresión y la violencia son abiertas y de gran intensidad. La víctima está convencida de que es inútil tratar de escapar o de evitar las agresiones, por lo que piensa que la mejor actitud es la de no ofrecer resistencia.
De hecho, cuando la víctima cree que la violencia es inevitable, trata de provocarla, de manera inconsciente, para terminar con esa situación y con el temor que está viviendo y así, permitir que regrese la calma. En ocasiones, la única manera de soportar el daño físico es la disociación, en donde la víctima se imagina que no es ella la que está siendo agredida.
Arrepentimiento y reconciliación.
Durante este periodo, el agresor manifiesta su arrepentimiento con palabras, acciones o regalos y la promesa de que no va a volver a suceder.
De hecho, se le conoce como la etapa de la "luna de miel", por el aparente cariño y preocupación que el agresor muestra hacia su pareja.
Ambos actúan como si nada hubiera sucedido.
La víctima necesita creer que no va a ser agredida nunca más, ya que su pareja realmente ha cambiado.
Esta fuerte necesidad la lleva a creer, que el amor que siente por su pareja puede superar cualquier problema y que con una actitud adecuada, puede ayudar a su pareja, creándose así, una situación de codependencia.
¿Qué hacer?
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